"El fundamento del periodismo es buscar la verdad". Es una de las frases más conocidas del ya legendario Ben Bradlee que fallecía esta semana a los 93 años. El presidente de Estados Unidos Barack Obama decía de él: "Para Benjamin Bradlee, el periodismo era más que una profesión: era un bien público vital para nuestra democracia". Otro testimonio de valor es el de Jill Abramson, que fue editora ejecutiva del "New York Times": "Era su gran fuerza de carácter y sus agallas bajo fuego lo que lo hicieron indestructible (... ) supuraba periodismo por todos los poros". Pero destacan las palabras que le dedica "The Washington Post", su periódico: "Valiente, tenaz, inolvidable". Su muerte nos ofrece como legado un periodismo objetivo, veraz, plural, honrado, valiente, responsable y humano que instauró en "The Washington Post". Adjetivos clave que hoy en día no entienden (o no quieren entender) demasiados editores, directores o periodistas. ¿Aprendemos?
Servicio y contrapoder
La investigación periodística del Watergate queda para la historia de los medios de comunicación como ejemplo de servicio a la ciudadanía y contrapoder ante los poderes públicos o privados. En el verano de 1972, Benjamin Crowninshield Bradlee amparaba y publicaba el trabajo de dos inexpertos reporteros de información local (Bob Woodward y Carl Bern-stein) sobre una operación ilegal y encubierta de espionaje en el gobierno de Estados Unidos. Las revelaciones, perfectamente contrastadas, provocaron la dimisión del presidente Richard Nixon, decisión que nunca antes se había producido en ese país. De esta manera lo recordaban los mismos protagonistas (emitido por CNN).
¿Esto sería posible hoy? Sí. De hecho, los medios de comunicación siguen destapando escándalos. Sin embargo, aún quedan ocultos demasiados. ¿Por qué? Por la comodidad, el aburguesamiento y el desánimo que inunda las redacciones; porque faltan medios humanos y materiales... Y, sobre todo, por tantísimos intereses políticos o económicos que maniatan a directores y periodistas.
Quejas en RTVE y TV3
En España, sin ir más lejos, sufrimos frecuentes casos en medios locales, regionales y de ámbito nacional. Como la queja presentada por 1.500 profesionales de RTVE ante "la utilización partidista y progubernamental de los servicios informativos". El presidente del Consejo de Informativos de TVE asegura que "es una denuncia muy clara de utilización partidista de una televisión y una web que no son del gobierno. Pertenecen a los ciudadanos que, como dice la ley, tienen derecho a una información objetiva, plural y veraz". O como la denuncia del Consejo Profesional de TV3 por la cobertura del caso Pujol que ha ofrecido esta cadena pública catalana. En el escrito, de carácter interno, lo comparan con lo que consideran exceso de tiempo que dicen se ha otorgado al proceso soberanista en que está sumida Cataluña.
"El periodista, más necesario que nunca"
Mientras tanto, la sociedad continúa necesitando buenos profesionales en los medios de comunicación, tal y como apuntaba Carmen del Riego, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, en una de las ediciones de los laboratorios que organiza la APM: "Con tal sobreinformación, el periodista es más necesario que nunca" para seleccionar, explicar y "dar garantías de credibilidad" a los contenidos, pero también en la búsqueda de noticias propias con criterio periodístico, porque "no todas las fuentes están en Google". Por su parte, la vicepresidenta de la APM, Marisa Ciriza, manifestaba: "Las papeleras de los medios están llenas de noticias"; el periodista "debe ser un altavoz que filtre en el exceso de información", salvando “la multiplicidad de fuentes incontroladas, que antes se sabía de dónde venían, y la rapidez que exige hoy la información".
Reinventarse
No obstante, se palpa cierto desánimo entre estudiantes de Periodismo, según explicaba la semana pasada Fernando González Urbaneja, periodista y exdecano de la Facultad de Comunicación de la Universidad Antonio de Nebrija: "Tenemos un problema muy serio de masificación y también de blindaje. Hay que incorporar la crítica". Frente a estas posturas, rescatamos otras dos lecciones de Ben Bradlee. A pesar de su inquietud con la llegada de Internet, era capaz de reinventarse y adaptarse ante el continuo avance de las nuevas tecnologías, como muestra este spot "The Washington Post App for iPad". Igualmente, era un maestro de la conversación, como refleja este documento de especial valor histórico y periodístico: su entrevista al carismático líder Martin Luther King en 1964 y difundida por la cadena de televisión CBS. Aquí podemos ver el vídeo:
¿Y tú? ¿Qué destacarías de la trayectoria profesional de Ben Bradlee? ¿Estás de acuerdo con que muchos medios y periodistas no viven actualmente un periodismo puro? ¿Por qué? Te invito a comentar o compartir estas reflexiones. Hasta el próximo sábado, si Dios quiere... Y vuela alto.
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