Ya seas periodista, docente, electricista, médico, padre, madre, pareja, hijo o hija... ¿Tú miras a los ojos cuando conversas o escuchas a otra persona? Muchos no. Desvían su mirada. Arriba, abajo, a un lado... O simplemente se ponen a hacer otra cosa mientras, supuestamente, están hablando con alguien. Qué lamentable error. Cuánto pierden. Y cuánto ganan quienes sí utilizan adecuadamente sus ojos para transmitir alegría, tristeza, preocupación, buscando entender, acompañar, compadecer, recriminar, amar... Para escuchar y comunicar sentimientos o emociones. Hoy descubrimos un ejemplo de cómo se puede usar adecuadamente este lenguaje no verbal. ¿Te apuntas para luego probarlo?
Ya se han cumplido 5 años del fallecimiento de Pablo Domínguez Prieto al despeñarse cuando practicaba montañismo junto con su amiga Sara en el Moncayo (Zaragoza). Pablo era un madrileño de 42 años, sacerdote diocesano, filósofo y teólogo español, autor de varios libros y decano de la Facultad de Teología San Dámaso. Un sembrador de alegría con quien tuve el privilegio de compartir amistad en nuestra adolescencia. Unos minutos antes de morir, las últimas palabras que dijo a su familia por teléfono fueron: “He llegado a la cima”.
De él, nunca olvidaré cómo miraba y cómo sonreía cuando hablaba contigo o cuando escuchaba. Todo lo que buscabas lo podías encontrar en sus ojos. Te desarmaba o te fortalecía. Antes de conversar, primero procuraba documentarse y se aprendía los nombres de las personas que no conocía. Luego, preguntaba y, sobre todo, escuchaba y escuchaba y escuchaba. Atentamente. Con los ojos clavados en ti. En silencio. Haciéndote sentir que tú y tu historia era lo más importante del mundo. Consiguiendo entrar hasta lo más profundo de tu corazón con mesura, sensatez, serenidad y respeto (jamás imponía; al contrario, siempre estaba dispuesto a entender incluso a ceder). Solo buscaba ayudar, comprender o compartir. Aquí os ofrezco un vídeo donde le vemos participando en un debate:
Para acabar, te regalo un enlace a la película "La última cima", sobre la vida de Pablo Domínguez contada por quienes le conocieron y dirigida por otro grandísimo comunicador y también amigo, Juan Manuel Cotelo. "Se estrenó en 4 salas españolas y, en un año, saltó hasta 15 países, con millones de espectadores en cine, TV e Internet. Sin un presupuesto millonario de producción o publicidad", tal y como cuenta este periodista, actor, cineasta y productor en su proyecto "Infinito más uno".
¿Y tú? ¿Realmente miras a los ojos cuando conversas a alguien? ¿Sabes escuchar con atención, en silencio? ¿Sonríes? Anímate a comentar o compartir estas reflexiones. Además, te invito a seguir este blog o compartirlo en busca de una comunicación de valor, calidad y rentable. Hasta el próximo sábado, si Dios quiere... Y vuela alto.
Comentarios
Publicar un comentario