Demasiadas tertulias en televisión o radio agresivas, con insultos o subidas de tono. Demasiados artículos, reportajes, noticias o campañas de publicidad denigrantes, ofensivos o que hieren... Son quejas continuas y habituales de ciudadanos hacia los medios de comunicación. Hace unos seis meses, el Barómetro de Opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) apuntaba que los periodistas éramos los profesionales peor valorados por los españoles, con una puntuación de 59,09 puntos sobre una escala de 0 a 100. Desde luego, no hemos cambiado mucho la situación, pero sí podemos y debemos intentarlo. Aquí mostramos algunos datos, ideas y opciones, profesionales y humanas, que confirman cómo es posible descubrir la felicidad en el bosque de cruces que todos padecemos, sin hacer tragedias, arrimando el hombro, compartiendo, sembrando paz, alegría y vida.
Empezamos con el estudio de la analista Pew difundido en agosto, elaborado sobre 1.480 encuestas a adultos de Estados Unidos. Aporta detalles sobre la exactitud, la imparcialidad o la independencia de los comunicadores con un dato relevante: el 54% de las personas entrevistadas considera que los reporteros son más importantes que en el pasado porque ayudan a dar sentido a toda la información que se halla disponible. Además, los ven como vigilantes importantes en la sociedad. Ahí está la clave: recordar, una y otra vez, que servimos a la ciudadanía, muy al contrario de servirnos de ella.
También en otras disciplinas vinculadas con la Comunicación podemos y debemos dar la vuelta a la situación. Más pistas ofrece "Primeras Posiciones", el departamento de Marketing Online de Anoop Systems, con un post donde resaltamos: "Poca vida les queda a las empresas que no hayan entendido que el marketing va más de personas que de mercados. De personas que ya no aceptan los mensajes unidireccionales de la antigua publicidad, sino que quieren conversar con ellas, saber quién está detrás de ella, hacerse escuchar. De ahí que las empresas con una buena atención al cliente sean las más valoradas por los consumidores". Con total acierto, habla de convertir los mensajes en historias que, siempre con valores, impacten, enamoren y hagan identificarse. Así lo expresaba la activista de Derechos Humanos Maya Angelou: "La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir".
¿Ejemplos recientes? Conocidas empresas retiraban su publicidad del "reality" veraniego de Telecinco "Campamento de verano", después de una campaña promovida por la organización HazteOir.org al considerarlo denigrante para la mujer. Hoy mismo, el presidente de esta organización y el director general de la Asociación Española de Anunciantes (AEA), mantenían un encuentro en el que han acercado posturas para hallar las vías legales más adecuadas de colaboración en pro de una televisión de contenido que no conculque valores como la dignidad de la mujer, el derecho a la vida y que protejan a la infancia.
Y otro caso muy reciente en positivo es el proyecto Delight de Vodafone "Feliz Vuelta", que pretende crear un vínculo emocional con la gente, transmitiendo una imagen positiva de la marca. Para lograrlo, los humoristas Leo Harlem y Santi Rodríguez se enfrentaban a vagones del Metro de Madrid repletos de personas supuestamente con síndrome post-vacacional. El éxito, rotundo, como podemos ver en los vídeos.
Igualmente, la ciencia es capaz de describir la capacidad humana de entender a los demás y de sentir sus mismas emociones. Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular y miembro del Comité de Bioética de España, explica en un vídeo divulgativo de la Universidad de Navarra cómo "entendemos a los otros, no solo por situarnos en su lugar, sino también porque somos capaces de contagiarnos de lo que sienten". Opina que el don de la empatía -sentir las mismas emociones que otros-, aporta un talento extraordinario para la integración y la comunicación con los demás. Esta conducta tiene raíces biológicas en la empatía animal y procede de vínculos afectivos innatos. Además, el rostro expresa toda nuestra riqueza afectiva, leer los pensamientos, hacernos cargo de su situación interior o reconocer sus deseos e intenciones. Además, la catedrática asegura que "la solidaridad genera gozo. No solo tenemos una aversión innata contra la injusticia, sino que además nuestro cerebro está ajustado para la colaboración, que nos compensa más allá de los puros beneficios económicos".
Es una realidad que comunicadores, periodistas, dircoms, medios de comunicación, agencias de marketing o publicidad y empresas contamos con un gran influencia, un especial poder. Aprovechémoslo para construir y contagiar el bien a cada momento. Siempre surgen oportunidades de hacerlo sin irnos lejos. En nuestra casa, con la familia, en el ámbito laboral o en el barrio. Es el caso del valioso equipo de personas que está sacando adelante el concierto benéfico "Viva la vida" que se celebrará el próximo sábado 21 de septiembre en Santa Cruz de Tenerife, promovido por "Signo de Vida Tenerife" (iniciativa apolítica, aconfesional y sin ánimo de lucro que se propone unir a las personas que quieran ayudar a los demás comprometiéndose con la causa de la vida). El evento estará protagonizado por la prestigiosa artista Ángela Carrasco, también actuarán otros reputados cantantes y cuenta con apoyos de empresas, instituciones, medios... Aunque falta mucho más. Ayudemos, pues, a cambiar el mundo, pero empezando por nosotros mismos desde el rincón donde nos movemos: Redes Sociales, periódicos, radios, televisiones, gabinetes, agencias, familias o en la calle.
¿Y tú? ¿Siembras paz, alegría y vida cuando comunicas? Anímate a comentarlo o compartirlo. Además, te invito a compartir esta reflexión o suscribirte para leer otras en busca de una Comunicación Corporativa de valor, calidad y rentable. Hasta el próximo sábado, si Dios quiere... Y vuela alto.
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