Frente al periodismo miedoso, egoísta y falso, existen otro modelo de comunicador valiente y samaritano que descubrimos estos días gracias a las aportaciones de tres destacadas figuras: Glenn Greenwald, periodista que publicó las revelaciones del ex agente de la CIA, Edward Snowden, sobre actividades de espionaje masivo; el Papa Francisco y Marc Marginedas, compañero secuestrado en Siria durante 6 meses. ¿Reflexionamos con ellos?
"Por esto me hice periodista"
Primero, Glenn Greenwald, en una entrevista con RTVE.es, declaraba qué sintió durante el vuelo entre Nueva York y Hong Kong cuando leyó parte de los miles de documentos secretos sobre el programa de espionaje estadounidense: "Me di cuenta de que nunca había existido algo así en la historia del periodismo y que esa historia iba a cambiar el mundo y, desde luego, también mi vida". A partir de entonces, ha sufrido críticas, amenazas... Sin embargo, considera que ha valido la pena por el debate internacional generado sobre el derecho a la privacidad:
"Por esto me hice periodista". Luego, dice no importarle que le califiquen de periodista y activista: "No creo que ambas cosas entren en conflicto (...) La verdadera medida del valor de una persona no es aquello en que dice que cree, sino lo que hace para defender esas creencias (...) Los principales medios forman parte de gigantescas corporaciones que tienen otros negocios y que, por su naturaleza, no quieren ofender al poder. Tienen miedo a perder dinero y esta mentalidad ha infectado el periodismo en EE.UU. Todo se basa en el miedo (...) Hay una razón por la que existe la libertad de expresión: para cuestionar el poder político, no para ponerse a su servicio. Si el periodismo no investiga, no sirve (...) El mundo espera que los gobiernos mientan, pero los medios deben desmontar esas mentiras, no publicarlas, sino luego tienes que pedir perdón como hizo el New York Times".
"Expresar también ternura"
Segundo, el Papa Francisco en su mensaje "La comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro", con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que la Iglesia católica celebra este domingo. Exhortaba a los comunicadores a no ser ajenos de los problemas del mundo, a "expresar ternura", comparando la misión de los medios con la del samaritano que ayuda a un hombre apaleado por bandidos:
"El mundo de los medios de comunicación no puede ser ajeno de la preocupación por la humanidad, sino que está llamado a expresar también ternura. La red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas. La neutralidad de los medios de comunicación es aparente: solo quien comunica poniéndose en juego a sí mismo puede representar un punto de referencia. El compromiso personal es la raíz misma de la fiabilidad de un comunicador (...) Cuando la comunicación tiene como objetivo preponderante inducir al consumo o a la manipulación de las personas, nos encontramos ante una agresión violenta como la que sufrió el hombre apaleado por los bandidos y abandonado al borde del camino, como leemos en la parábola (...) No basta pasar por las ‘calles' digitales, es decir, simplemente estar conectados (...) Es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro".
Valentía, rigor y compromiso
Y tercero, Marc Marginedas, reportero de "El Periódico de Catalunya", corresponsal desde hace casi dos décadas, que estuvo secuestrado en Siria durante medio año por islamistas radicales y que acaba de recibir un nuevo premio periodístico por su dilatada trayectoria profesional, así como por su valentía, rigor y compromiso. Durante el acto, Marginedas se acordó de "todos aquellos compañeros periodistas y estudiantes universitarios" que durante su calvario se movilizaron por él, por Javier Espinosa y por Ricard García Vilanova, periodistas españoles también secuestrados en Siria.
¿Y tú? ¿Qué tipo de periodismo ves o haces? Anímate a comentar o compartir estas reflexiones. Además, te invito a seguir este blog o compartirlo en busca de una comunicación de valor, calidad y rentable. Hasta el próximo sábado, si Dios quiere... Y vuela alto.
Comentarios
Publicar un comentario