¿Disparate o pura realidad? Ahora que empieza a resultar evidente la influencia multiplicadora de los gabinetes de Comunicación de instituciones, entidades, organizaciones o empresas que actúan como fuentes informativas o generadoras de imagen, podríamos aprovechar la celebración del Día de la Madre para reflexionar sobre el extraordinario valor que puede aportar esta trascendental figura, esta vez a la hora de elaborar una estrategia de Comunicación Corporativa: nada mejor que ella para defender a sus hijos, a su familia, su imagen, su identidad, su marca personal.
El 24 de abril, se inauguraba una exposición interactiva en San Sebastián bajo el título 'Érase una vez... ¡el habla!', que explicaba cuándo y cómo apareció la capacidad de hablar en nuestros antepasados. Es un hecho que la comunicación se encuentra en el origen mismo de la vida y es paralelo al de la sociedad. Desde los primeros tiempos de la humanidad, cualquier organización o grupo social que surgía contaba con una persona que desempeñaba el papel de portavoz, en el sentido amplio de la necesidad de difundir ideas, extender mensajes, darse a conocer o aumentar su influencia. Eran los antecedentes claros de la Comunicación Corporativa y ya, en esos orígenes, las madres ocupaban un papel protagonista, aunque oculto, como también es habitual en ellas, anónimo.
Podríamos seguir comentando más sobre esos supuestos inicios que barajan diferentes autores, como Berta García Orosa (“Los altavoces de la actualidad: radiografía de los gabinetes de comunicación”, Netbiblo, S. L., A Coruña, 2005), al sugerir las técnicas de Relaciones Públicas que empleaban los faraones egipcios, o Moisés, Aristóteles, Cicerón... O los servicios de noticias que utilizaban los grandes banqueros de la casa de los Fugger en época de Carlos V, como plantean Tomás Álvarez y Mercedes Caballero (“Vendedores de imagen. Los retos de los nuevos gabinetes de comunicación”, Paidós P.C., Barcelona, 1997). O bien la apuesta de Vance Parckard (“Las formas ocultas de la propaganda”, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1967) y en Pascale Weil (“La comunicación global: comunicación institucional y de gestión”, Ed. Paidós, Barcelona, 1992) para señalar que “el origen de los Gabinetes de Comunicación podría remontarse a la Revolución Industrial o a la figura de Napoleón con su Oficina de la Opinión Pública o a la del canciller Bulow, quien formalizó una oficina para relacionarse con los periodistas”. ¿Por qué no añadir a las madres en esos orígenes de la Comunicación Corporativa?
Carlos Pursals (especialista en Corporate Brand) nos ofrece nuevas pistas con el informe que publicaba en marzo la fundación Compromiso y Transparencia sobre los mayores errores de transparencia, supervisión y buen gobierno de marcas nacionales muy conocidas, como el Tribunal de Cuentas, Bankia, Museo del Prado o Banco de Santander. Ante tales equivocaciones, Pursals expone, con buen criterio, que "el proceso de construcción de reputación de marca ha de estar integrado en el ADN de la organización y por ende ha de emanar de los principales directivos". ¿Acaso no bastan los lazos de sangre de una madre para que se identifique plenamente con sus hijos, con su familia de forma natural, innata y así protegerla, mimarla hasta el fin de sus días?
En efecto, una madre puede ser referente de lo que debe ser un profesional de la Comunicación Corporativa: sabe difundir y cuidar una imagen positiva, un mensaje, una idea, un servicio o un producto de una manera creíble y de interés. Cuenta con una capacidad de persuadir que elimina cualquier forma de engaño, manipulación o coacción, confiando en el libre consentimiento del persuadido, a la hora de aceptar o bien rechazar el reclamo, apelando a los 3 posibles medios de persuasión que sugería Aristóteles: logos (la lógica), pathos (la emoción) y ethos (la credibilidad). Según el tipo de público al que vaya dirigida esa comunicación, preparará el mensaje. Para conseguirlo, utiliza al menos 10 armas básicas de un gabinete:
1-Cuida la forma en la que su familia (empresa o entidad) se presenta ante el público.
2-Informa con claridad, transparencia y de forma adecuada de cuanto afecta a la familia, en cualquier momento, con plena disponibilidad.
3-Analiza cuál es la opinión del público al que se va a dirigir y qué tipo de mensajes debe emplear.
4-Genera una imagen favorable de los hijos, de la familia, destacando sus valores más positivos.
4-Genera una imagen favorable de los hijos, de la familia, destacando sus valores más positivos.
5-Intercede con informaciones favorables para evitar posibles actitudes negativas.
6-Gestiona planes o acciones con otras familias o personas de interés como profesores o médicos (medios de comunicación, administraciones, etc.).
7-Da a conocer cualquier noticia favorable que protagonice la familia.
8-Construye una moral entre los hijos (empleados de la empresa) y un espíritu de unidad familiar.
9-Organiza el futuro de la familia (Plan Estratégico), diseñando y realizando eventos, preparándose ante posibles adversidades (Plan de Crisis), ocupándose del control de los gastos y promoviendo la captación de inversiones.
10-Actúa como portavoz, representante público y estratega, desarrollando y potenciando las acciones de Comunicación Externa e Interna necesarias, siempre en beneficio de la familia.
En definitiva, una madre fortalece, da confianza, no se le puede engañar, como reza el anuncio de la marca de atún Calvo lanzado en enero y donde los creativos utilizaban ese mensaje para potenciar su producto.
Ya puestos, nos quedamos con el "spot" que el profesor Alfonso Méndiz destaca en su blog Publicidad y Cine con valores. Una hermosa historia de 2 secuencias que bien pueden resumir lo que todos debemos a una madre. Entre otras innumerables virtudes, una más, espejo de Comunicación Corporativa.
Por eso, el Día de la Madre debería de ser todos los días.
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Ya puestos, nos quedamos con el "spot" que el profesor Alfonso Méndiz destaca en su blog Publicidad y Cine con valores. Una hermosa historia de 2 secuencias que bien pueden resumir lo que todos debemos a una madre. Entre otras innumerables virtudes, una más, espejo de Comunicación Corporativa.
Por eso, el Día de la Madre debería de ser todos los días.
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