¿Recuerdan la imagen de compañeras periodistas tomando notas en el suelo y rodeadas de hombres sentados en sillas? La foto fue tomada en agosto durante un acto oficial de bienvenida del nuevo ministro de Exteriores de Irán. Tan miserables condiciones de trabajo que sufren las profesionales en ese país no es un hecho aislado ni está superado. Mientras continúa la batalla por conseguir la deseada igualdad (no uniformidad), basada en el respeto, la justicia y sin revanchismos, ¿se admite que somos diferentes y complementarios? ¿Se reconoce la privilegiada comunicación que aporta una mujer con el corazón, con un lenguaje emocional que conecta más y mejor con las personas?
Diferentes al comunicar
Igualdad basada en el respeto. Justicia fundamentada en dar a cada cual lo que se merece. Cada vez lo tenemos más grabado a fuego. Sin embargo, todavía demasiadas personas no pueden acceder a determinados puestos de trabajo, sueldos o educación por su condición sexual. UN Women promovía una campaña en octubre para denunciar el papel que todavía muchas mujeres ocupan en nuestra sociedad y con el objetivo de concienciar a favor de sus derechos. Más actual aún es el nacimiento en Bangkok de la Alianza Global de Medios de Comunicación y Género este 5 de diciembre, con la confirmación de 82 instituciones académicas, sociales, de Derechos Humanos y agencias de cooperación. Su propósito: promover la igualdad de género en y a través de los medios y eliminar la discriminación de las mujeres periodistas. Ahora bien, en el campo del Periodismo o de la Comunicación Corporativa, ¿existe alguna diferencia cuando comunica un varón o una mujer?
Está demostrado. Ellas sobresalen por su capacidad emocional, las relaciones interpersonales y la comunicación no verbal. Es distinto el diálogo chico-chico al que se registra entre chica-chica. Ellos son más simples. Ellas, más enriquecedoras: se fijan en el pelo, los ojos, la sonrisa, la ropa, los zapatos, perciben estados de ánimo, escuchan mejor... En definitiva, las mujeres cuentan con muchísimos receptores neuronales de los que no disponemos los varones. Piensan y comunican con el corazón. Esta es una de las ideas que pueden extraerse del libro "Pensadoras del siglo XX", una brillante novedad editorial de Rialp Ediciones, escrita por Iván López Casanova, donde analiza la vida y obra de 5 intelectuales nacidas a finales del siglo XIX que desarrollan su pensamiento fundamentalmente durante el siglo XX: Simone Weil, María Zambrano, Edith Stein, Hannah Arendt y Elisabeth Kübler-Ross.
¿Hasta qué extremo el Periodismo y la Comunicación Corporativa actuales se dan cuenta del lenguaje no verbal tan enriquecedor que ofrecen las mujeres? ¿Se aprovecha como es debido? ¿O más bien se desperdician esos talentos? Ellas cuentan con especiales dotes y capacidades para la comunicación (no sólo para leer una noticia, sino a la hora de captarla, sentirla y transmitirla). Está muy relacionado con el cerebro, con un hemisferio derecho mucho más desarrollado por las mujeres: el área del lenguaje, la parte emocional, relacional, que percibe... Nos dan mil vueltas.
"Pensadoras del siglo XX"
Podríamos empezar con un relato biográfico. Heidegger definió al ser humano como un "ser para la muerte". Su discípula, Hannah Arendt, cuando desarrolló una filosofía ya independiente, definió la categoría fundamental de su antropología como "la natalidad": el ser humano con cada acto de libertad inaugura algo milagroso como un nacimiento. ¿Fue casual o las mujeres perciben la realidad de un modo distinto, desde el corazón? Porque si la perciben así, diferente, como sostiene esa publicación tan recomendable, entonces la van a comunicar de un modo igualmente distinto. Esto abre un campo de investigación y de posibilidades muy fecundo.¿Hasta qué extremo el Periodismo y la Comunicación Corporativa actuales se dan cuenta del lenguaje no verbal tan enriquecedor que ofrecen las mujeres? ¿Se aprovecha como es debido? ¿O más bien se desperdician esos talentos? Ellas cuentan con especiales dotes y capacidades para la comunicación (no sólo para leer una noticia, sino a la hora de captarla, sentirla y transmitirla). Está muy relacionado con el cerebro, con un hemisferio derecho mucho más desarrollado por las mujeres: el área del lenguaje, la parte emocional, relacional, que percibe... Nos dan mil vueltas.
López Casanova defiende en su libro que el relativismo total, el escepticismo que deja a las personas sin referencias morales, es el último capítulo de la Modernidad, porque sigue compartiendo con ella el mito de la emancipación del ser humano, ahora sin confianza en la razón después de la borrachera del Positivismo. Por ello, el universo precioso y pleno de esperanza, de confianza en el ser humano, ofrecido por estas pensadoras puede ser una pieza adecuada para reencantar el mundo y ayudar a la persona a salir de la crisis moral en la que se encuentra la cultura actual. Así, esta obra ofrece un balance de las herramientas intelectuales que nos aportan las pensadoras del siglo XX y que nos pueden servir como faros para orientar nuestras reflexiones morales en la bruma cultural del siglo XXI. Esto, en el fondo, resulta como un tesoro. Además, en contra de lo que mucha gente piensa por desconocimiento, bajo este legado intelectual subyace un fondo esperanzado, abierto a la trascendencia y apoyado en una mirada sobre el hombre preñada de confianza en el ser humano. Resulta muy sorprendente que esto no ocurra en pensadores varones de este mismo siglo: ¿será porque la maternidad potencial que lleva inscrita la mujer en todo su fondo insobornable -por emplear la expresión orteguiana- les facilita esta mirada?
El valor de las emociones
Ese preciado don que atesoran las profesionales de la comunicación de conectar más y mejor con las personas lo descubrimos, al mismo tiempo, en la conclusión que aporta el reciente estudio "De corazón a corazón" de la agencia española Lola: las conexiones emocionales entre la gente y las marcas construyen relaciones muy fuertes y estimulan el consumo. Con este trabajo, que recopila investigaciones procedentes de la psicología, el neuromarketing y la comunicación, se entiende mejor cómo las emociones determinan el comportamiento humano y condicionan todas sus decisiones, también las relacionadas con las compras. Como explica Amaya Coronado, directora de planificación estratégica de Lola, “cuanto más hable una marca al corazón, mejor conectará con la gente. Cuanto mejor entendamos las emociones de la gente, más fácil será llegar a sus corazones. Cuanto mejor hablemos el lenguaje de las emociones, mejor llegaremos a ellos”. Aquí pueden ver el vídeo sobre la investigación.
¿Y tú? ¿Estás de acuerdo en que somos iguales, pero diferentes? ¿Piensas que ellas comunican más con el corazón? Anímate a comentar o compartir estas reflexiones. Además, te invito a suscribirte a este blog en busca de un Periodismo y una Comunicación de valor, calidad y rentable. Hasta el próximo sábado, si Dios quiere... Y vuela alto.
Comentarios
Publicar un comentario