Un llanto, una sonrisa, un silencio, una mirada, un saludo, un abrazo... El corazón. No hace falta ser periodistas ni comunicadores para transmitir emociones y sentimientos. Así nos lo descubren hoy las historias recientes de tres madres, sus bebés y una abuela que desbordan energía, determinación, belleza, ofreciéndonos, sin darse cuenta, valiosas lecciones de comunicación positiva no verbal. ¿Aprendemos y difundimos?
Thais e Iker son "Signo de Vida"
El primer caso que contamos es el de Thais. Embarazada, sufre una situación agobiante. Su pareja la abandona, su madre la echa de casa y se queda completamente sola, sin ningún apoyo personal ni recursos económicos. Por internet, busca información para abortar y encuentra "Signo de Vida Tenerife". "Pedí una mano y me dijeron: Te daremos las dos". Hace poquitos días, nació Iker. Junto a esa joven valiente estaba y estará siempre "Signo de Vida Tenerife", tal y como contaban hoy en Cope durante el programa de Cristina López Schlichting, popular periodista que es madrina de esta iniciativa apartidista, aconfesional y sin ánimo de lucro que se propone unir a las personas que quieran ayudar a los demás promoviendo la cultura de la vida y el respeto y cuidado de todo ser humano, especialmente cuando éste es más débil, limitado o indefenso: las personas mayores, enfermas, con discapacidad, niños y concebidos no nacidos. Thais y su bebé, sin saberlo, nos dan una solemne lección de lo que es comunicar desde la sencillez, la naturalidad y la lucha honesta por una vida digna.
Silencios que gritan
Otra muestra de fuerza y capacidad de superación la hallamos gracias a una campaña de publicidad titulada "My Beautiful Woman". Es una conmovedora grabación de seis minutos que está basada en una experiencia real: una mujer que debe tomar la angustiante decisión entre luchar contra el cáncer que le acaban de diagnosticar o tener a su bebé. Vean aquí el vídeo y escuchen cómo comunican las miradas, los gestos y cómo gritan los silencios.
Un llanto de amor
El tercer relato es el de un recién nacido que se niega a soltar a su madre apenas unos minutos después del alumbramiento. Ver a este pequeño aferrándose al rostro de su madre, llorando cuando les separan, es una excepcional muestra de unión a su madre. Lo pueden ver aquí:
Abuela que comunica alegría
La última historia está protagonizada por Tinney Davidson, una simpática abuelita ¡de 84 años! Nos enseña cómo pequeños gestos marcan la diferencia si quieres multiplicar el valor de tu comunicación. Vive en una Canadá y su heroicidad es sencilla: desde hace mucho tiempo, tiene la costumbre de sonreír y saludar todos los días desde la ventana a los estudiantes que pasan por delante de su casa. Los jóvenes cuentan ante la cámara que "Nos alegra de alguna manera el día". Y amor con amor se paga. Ellos, decidieron agradecerle de esa ración diaria de alegría con un homenaje. Vean aquí la noticia en vídeo:
¿Y tú? ¿Estás de acuerdo en que estas personas nos dejan sobresalientes formas de comunicar? ¿Conoces otros casos? Anímate a comentar o compartir estas reflexiones. Además, te invito a seguir este blog o compartirlo en busca de un Periodismo y una Comunicación de valor, calidad y rentable. Hasta el próximo sábado, si Dios quiere... Y vuela alto.
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